- En Centro de Atención Integral a Jóvenes recibe tratamiento por discapacidad psicosocial.
“Aquí pude, no solo dejar de consumir sustancias, sino también descubrí que estaba en un lugar donde pude ir abriendo los ojos, donde por fin pude cortar esas cadenas que me tenían atado”.
Fueron las palabras de Marco Antonio, joven irapuatense de 26 años de edad, al ser dado de alta y egresar del internamiento del Centro de Atención Integral a Jóvenes, del INGUDIS, donde fue tratado por discapacidad psicosocial generada por adicción.
Marco estudiaba la Universidad la cual dejó trunca. Durante 9 años llevo una vida de adicción de la que reflexiona y señala que “una vida que no es vida”.
“Alguien me dijo que lo que yo tenía era una enfermedad y que era incurable, progresiva y mortal. Comparada con el cáncer, que genera compasión, unión y no molestia y no enfada a nadie; mi enfermedad iba aniquilando con todas las cosas que valen la pena en la vida, acaba con la gente que tiene a su alrededor, acarrea mal entendidos, resentimiento, familias derrumbadas y sobre todo acaba conmigo mismo”.
Señala que todo lo anterior no lo entendía, “en ese momento mi prioridad era seguir consumiendo, aunque poco a poco estuviera terminando conmigo”.
Marco Antonio ingreso al CAIJ, centro en donde los beneficiarios reciben un tratamiento residencial con una duración de 4 meses, en los que se ofrece atención psicológica, médica, terapia ocupacional, proyecto de vida, deporte y esparcimiento, además de consulta externa. Se cuenta con el apoyo de profesionales en las áreas de medicina, psicología, enfermería, trabajo social, así como personal de apoyo capacitado para la atención de trastornos emotivo - conductuales en personas con esta problemática.
“Lo único que necesitaba era mi voluntad y sobre todo las ganas de salir adelante y parecía algo demasiado sencillo, me di cuenta que ya tenía muy poco que perder y si esto funcionaba había mucho por ganar, y así fue, acepté la ayuda”.
Subraya que en CAIJ, en donde igualmente participó en actividades ocupacionales, desarrollo de aptitudes y de valores, encontró la libertad: “pude hacer conciencia y sobre todo valorar a mi familia y a mí mismo, un lugar que ha cambiado completamente mi vida, un lugar que me permitió ser una persona libre”.
Con el objetivo de combatir el fenómeno de las adicciones en la juventud de la entidad, el Instituto Guanajuatense para las Personas con Discapacidad -INGUDIS- cuenta con el Centro de Atención Integral a Jóvenes (CAIJ) ubicado en la ciudad de Irapuato.
Se brinda atención para que las personas con este problema puedan observar su rehabilitación, que le permitan su integración social para realizar por sí misma, actividades necesarias para su desempeño físico, mental, social, familiar, ocupacional y económico.
“Nuestro principal objetivo es ofrecer una atención psicológica y médica integral a las personas que por diversas circunstancias presenten alguna adicción a sustancias, ya sea en forma residencial (internamiento) o de tipo externo; tenemos la posibilidad de atender tanto del paciente como a su familia, ayudándoles a descubrir y diseñar herramientas para un estilo de vida integral”, señala el Coordinador de CAIJ, José de Jesús Escobar Salinas.